(Foto: EFE/EPA/ATEF SAFADI)

«En la llanura desnuda y gris, el pobre muerto es lo único que hace pensar en la vida. Una congoja inmensa me oprime el corazón, y no sé si es por el hombre que está a treinta pasos, extendido para siempre, o por la indiferencia de los que los que se hallan a mi lado ; pero lo cierto es que mis nociones de moral se desvanecen de pronto. ¿ Qué es morir, qué es matar, qué es todo lo que en general parece lo más grave, lo más terrible ?… No es nadaEse alemán vivía esta mañana… Estos franceses viven ahora, y esta tarde Dios sabe si aún vivirán… »

Enrique Gómez Carillo, Campos de batalla y campos de ruinas (1915)

La Guerra ha comenzado. A estas altura, luego de una semana, eso ya todo el mundo lo sabe. Nótese que hablo de La Guerra, en un sentido más amplio y no me limito a Gaza o Hamas, ni siquiera a Israel, si bien ese es hoy el epicentro de este conflicto. Porque creo que esta guerra se extenderá a cada rincón del planeta. Bosnia fue el epicentro que arrancó la Primera Guerra Mundial en 1914, que luego se extendió a Europa y de allí al mundo entero. Duró 4 años y no se resolvió sino después de otra guerra igual de trágica que finalizó en 1945. Ese debería ser nuestro parámetro para entender a lo que nos estamos enfrentando. Parafraseo a Otto von Bismarck, el primer Canciller del Imperio Alemán, cuando dijo “se sabe cómo comienza una guerra, pero no cómo termina”.

No pretendo dar una lección explicando el origen del conflicto Israeli-Palestino, sus antecedentes históricos que se extienden hasta el Imperio romano, el papel que jugaron ingleses y norteamericanos ni el fascismo que se consolidó con la llegada del populista nacionalista Benjamin Netanyahu y el partido Likud, debilitando las instituciones liberales que ponían freno a los excesos del poder. Si usted tiene interés de conocer esos detalles, quizás haya ya buscado en línea la mucha información que hay sobre el tema. Basta acá con resaltar que las víctimas también puede ser victimarios y viceversa. Y advertiría a tomar cualquier bando sino la vida y la humanidad toda, que es la que hoy está en peligro.

Ahora seguimos los medios de comunicación a la expectativa de algo que promete ser tan atroz como las acciones terroristas de Hamas en Israel, el pasado 7 de octubre. Las redes sociales explotaron esta semana exaltando los bandos, como si de un partido de futbol se tratara. Pero en esta guerra no habrá ganadores. Ese fervor simple, humano quizás (como la guerra) trae a la memoria el infame agosto de la locura en 1914, cuando los pueblos de Europa exaltaban la guerra como si de un campeonato se tratara, las oficinas de reclutamiento se abarrotaron de voluntarios para ir al frente. Estamos en nuestro octubre de la locura. Distinta será las reacciones cuando veamos el mundo que surge de este infierno. 

Ya antes hablé del libro The Fourth Turning (1997) de Neil Howe y William Strauss, vuelvo a citarlo para que nos sirva de guía y nos ayude a comprender a dónde vamos, a partir de esta guerra.

Neil Howe y William Strauss, son autores de la teoría del ciclo saecular que explican en el libro The Fourth Turning. En él exploran patrones generacionales en la historia y proponen que la historia se mueve en ciclos recurrentes de aproximadamente 80 a 100 años, divididos en cuatro “turnings” o giros. Cada “turning” dura aproximadamente 20 a 25 años, correspondiendo a una generación. La teoría es tanto predictiva como descriptiva y se ha utilizado para examinar la dinámica social, política y cultural de la sociedad (principalmente estadounidense).

Brevemente, los cuatro “turnings” de Howe son:

High (Alto): un periodo de post-crisis. Donde las instituciones se fortalecen y la individualidad es débil. La sociedad está confiada sobre a dónde quiere ir, aunque aquellos que crecieron antes de la crisis pueden sentir que el nuevo orden restringe la libertad individual. Según Howe, la Segunda Guerra Mundial cerró una crisis y dio pie a un período Alto, con la conformación de la ONU y del Estado de Israel en 1948.

Awakening (Despertar): Aquí las instituciones son desafiadas en nombre de la autonomía individual y espiritual. Este es un periodo donde la gente se da cuenta de que están restringidos por las instituciones y empiezan a luchar por “derechos” y “libertades”. Acá se dieron las luchas independentistas de África y Asia, la guerra de Vietnam y la guerrilla del Che en Latinoamérica, los hippies y el fundamentalismo religioso y la primavera de 1968. Este período, explica, habría terminado con Reagan y Tatcher, el ascenso del neoliberalismo y la caída del muro de Berlín en 1989.

Unraveling (Desenredar): Aquí las instituciones son débiles y desacreditadas, mientras que la individualidad es fuerte y floreciente. Este es un periodo de relativa paz, pero con una creciente sensación de que todo se está desenredando y descomponiendo. Según Howe, este período termina con la crisis financiera que arranca en 2008-2012, que dio lugar al Brexit, Donald Trump, Putin, Xi y Benjamin Netanyahu. Aquí comienza el cuarto ciclo:

La Crisis: Este es el Fourth Turning del que Howe y Strauss hablan con más urgencia. Es un periodo donde la estructura institucional de la sociedad se derrumba y se reconstruye completamente en respuesta a una crisis. Las decisiones tomadas durante esta época afectarán a la nación durante décadas. Es un período de mucho dolor y sufrimiento, donde las naciones surgen victoriosas o desaparecen, los imperios son destruidos y surgen nuevos. 

El mundo, cuando arrancó la última crisis en 1914, era un mundo distinto al que surgió al final de la guerra en 1945. Los que celebraron el agosto de la locura poco podían imaginar las fuerzas que desencadenaban, los horrores que experimentarían y el dolor que tocaría cada familia del mundo por las siguientes tres décadas. Los que comenzaron la guerra tenían la firme idea de que ganarían, en sus cálculos la victoria sería rápida y contundente. Poco sabían ellos que en el horizonte se asomaba su propia destrucción. Ninguno de los imperios que comenzaron la guerra en 1914 existían en 1945.

De acuerdo con Howe y Strauss, estamos actualmente en el Fourth Turning, que podría extenderse hasta la década de 2030. Hamas ha desnudado la naturaleza medieval de ese conflicto, esa imagen de modernidad que nos habíamos creado, gracias al optimismo de estos últimos 80 años. Los videos que transmitieron de la masacre del 7 de octubre, recuerdan la masacre de Estrasburgo, en 1349 o las que cometieron los nazis en Bielorrusia durante la segunda guerra mundial. Ambos pueblos, israelita y palestino, están ahora peleando su supervivencia como nación, ambos pueblos cuentan con aliados poderosos que garantizarán que no fracasen y terminarán arrastrándonos a todos. Nada de lo que hoy está en oriente medio existirá al final de esta guerra.

Karl Marx decía, que la guerra es la partera de la historia. “La violencia es la partera de toda vieja sociedad preñada de una nueva”, dijo. La vieja sociedad del imperialismo europeo, del neocolonialismo, del fanatismo religioso del Jihad, del estado teocrático de Iran, la autocracia de Arabia Saudí o Siria, pero también de la libertad individual, las Naciones Unidas, los Estados modernos, la Libertad ha comenzado una fase de muerte que podrá darnos una sociedad mejor dentro de unos años, o no. Porque Berlín también pudo haber ganado la guerra en 1945 y otro mundo tendríamos hoy.

Óscar Estrada 15 de octubre de 2023